Brendan se desmayó y finalmente se despertó con el coordinador de acrobacias revoloteando sobre él: “Me aplaudió en la cara, diciendo: ‘¡Brendan! ¡Brendan! ¡Despierta! ¡Despierta! ¡Despierta!’ Y lo hice, y él me dijo: ‘Oye. Felicitaciones. Acabas de unirte al club de Mel Gibson. También casi se ahoga en Corazón valiente’". Leo añadió entonces que su segundo paracaídas tampoco funcionó como estaba previsto. Dijo que se enredó durante “unos 20 o 30 segundos” antes de que el instructor que estaba unido a él pudiera desenredarlo, justo antes de caer al piso: “Lo desenredó, y luego me dijo: ‘Oh, probablemente te vas a romper las piernas ahora porque vamos demasiado rápido’”. Leo dijo que fue “una de las peores experiencias de mi vida”, y que no volverá a hacer paracaidismo nunca más. Leo dijo que inmediatamente empezó a gritar porque estaba muy asustado. El avión descargó combustible durante 45 minutos antes de realizar un aterrizaje de emergencia, lo que provocó la explosión de todos los neumáticos. Jackie aterrizó en una roca e intentó levantarse, pero enseguida sintió un dolor en la espalda. Todos los que estaban en el plató le decían que se quedara en el piso, y fue entonces cuando su cuerpo se entumeció. Le salía sangre de la oreja. El equipo tuvo que llevarle montaña abajo hasta el hospital donde “los cirujanos le operaron el cráneo roto y el hueso que le había penetrado en el cerebro a consecuencia de la caída”. Jackie dijo que estuvo muy cerca de morir. Todo el mundo en el vuelo gritaba, y entonces Tracey y Meryl se volvieron la una a la otra, se agarraron de la mano y Meryl dijo: “Oh, maldita sea. Esa mujer que está escribiendo esa horrible biografía no autorizada sobre mí tendrá un final estupendo”. Por suerte, los pilotos pudieron realizar un aterrizaje de emergencia en Francia y todos salieron bien. Statham intentó calmarse, salió por la ventana de la camioneta y empezó a nadar hacia la superficie tan rápido como le fue posible. Cuando llegó a la superficie, Sylvester Stallone estaba en el borde del muelle con su iPhone en la mano, grabando todo con la cámara. Afortunadamente, nadie resultó herido. Angus consiguió salir de algún modo, incluso con algunos dedos rotos, y tomó un autobús para ir a casa de su madre. Tenía la vista borrosa y el habla atrofiada, por lo que ella pensó que estaba drogado con algo: “Tenía 14 o 15 años. Ella pensó que estaba drogado porque tenía las pupilas muy dilatadas. Intentaba contarle lo que había pasado, pero solo podía empezar una frase, no terminarla. Así que le dije: ‘Voy a dormir en mi cama’”. Sin embargo, su peor accidente fue en 2015, tras tener que aterrizar en un campo de golf. Ellen DeGeneres le preguntó sobre las lesiones que sufrió por ello, a lo que él bromeó: “Un tobillo derecho dislocado, la pelvis destrozada, la espalda rota y un grave golpe en la cabeza con importantes laceraciones. Aparte de eso, nada”. Ford también ha utilizado su licencia de piloto para hacer voluntariado a lo largo de los años. Por ejemplo, en 2001 se unió a un grupo en Wyoming para buscar a un Boy Scout que se había perdido en el Parque Nacional de Yellowstone. Ford acabó localizando al niño y rescatándolo. Había varias precauciones en caso de emergencia: además de las cadenas de liberación rápida, había un botón que podía vaciar el tanque gigante de agua en 70 segundos, y también había un hombre de pie a un lado con una bombona de aire para ella. Sin embargo, nadie pensó en hacer una señal de mano antes para alertar a la tripulación si necesitaba ayuda. Por suerte, alguien se dio cuenta y pudo salvarla.